La cosecha fina de trigo, maíz y cebada dará un "puente" de divisas desde fin de año y durante el verano de 2026.
Un escenario nuevo se abrió para el agro tras el resultado de las elecciones legislativas del domingo pasado: en las próximas semanas comenzará la cosecha fina, una etapa clave del ciclo agropecuario que podría traer una oleada de dólares para alimentar las reservas, aunque el sector espera todavía si habrá novedades cambiarias y de retenciones.
La primera reacción de los productores tras los comicios fue acelerar, levemente, el ritmo de ventas de soja, desde 82 mil toneladas promedio diarias hasta los 112 mil entre el lunes y miércoles, aún por debajo del ritmo que tenía antes de la breve período de retenciones cero durante fines de septiembre.
Pero más allá de la soja, hay una ventana que se abrirá en la parte final del año y el inicio del 2025, que es la cosecha fina. Es el momento en termina la campaña de trigo, maíz, cebada y girasol y que podría aportar, en un escenario optimista, hasta US$ 7.500 millones de ingreso de divisas al mercado cambiario.
Son cálculos del consultor agropecuario Javier Preciado Patiño, que estimó de acuerdo al nivel de cosecha esperado para cada producto y los precios internacionales actuales, qué volumen de liquidación de divisas podría aportar el agro. Funcionaría como un "puente" hasta la próxima etapa de cosecha gruesa de la soja, desde abril del 2026.
El contexto es particular: el Banco Central dejó saber, tras las elecciones, que está dentro de sus planes volver a comprar reservas para ensanchar sus arcas internacionales. A lo largo de todo 2026 el Estado nacional deberá pagar US$ 12.800 millones entre títulos públicos en manos de tenedores privados, FMI, Repo y Bopreal, estos últimos dos, obligaciones contraidas por el BCRA. De esa cuenta que hizo la consultora 1816 se excluyen otros organismos internacionales con los que, descuenta, se acordará un refinanciamiento que alivie las necesidades de pago.
Un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario estimó que la cosecha de trigo será récord, en torno de los 23 millones de toneladas. Quedaría así en un nivel similar a la campaña 2021/2022 que fue el tope registrado desde 2010.
Para Preciado Patiño, el trigo comenzará a venderse desde mediados de noviembre y podría reportar unos US$ 1.500 millones hasta febrero. Por el maíz, en tanto, el especialista calculó un aporte adicional de US$ 1.200 millones, pero asegura que es el cultivo más díficil de proyectar. "El mercado exportador muestra muy pocas operaciones y no da la sensación de que vaya a remontar fuertemente entre noviembre y febrero", estimó.
Otros dos cultivos tendrían ventas menores como el girasol y la cebada. Entre los dos registrarían ingresos de divisas al mercado cambiario US$ 680 millones. Para Preciado Patiño, en total, podría haber un piso de "agrodólares" de US$ 5.250 millones hasta la próxima cosecha gruesa de la soja y, en un escenario de máxima, US$ 7.450 millones, que dependerá de cómo termine la cosecha de maíz. La comparación con años anteriores reflejará una caída: en el mismo lapso de 2024, por caso, se liquidaron US$ 10.720 millones. La reducción está explicada, precisamente, por la aceleración de ventas y liquidación que propició el Gobierno durante la crisis cambiaria a fines de septiembre con las retenciones cero.
Esa medida fue apurada para conseguir que aparezca oferta privada por US$ 7.000 millones y calmar la presión sobre el dólar de cara a las elecciones legislativas. La ventana de ventas sin derechos de exportación duró tres días antes de su cierre, pero el Gobierno dejó de necesitarla.
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Es el valor más alto en 15 meses y se calcula un volumen de 50 millones de toneladas que se recolectan desde marzo y podrían aportar US$ 21.000 millones. El acuerdo de Trump con China.
Luego del acuerdo comercial al que llegaron Estados Unidos y China, la soja no para de crecer. Ayer volvió a mostrar un nuevo récord del año al cerrar por encima de los US$ 410 por tonelada en Chicago, valor que no tenía desde hacía 15 meses. A pesar de la buena noticia todavía se está lejos de los US$ 652 del gobierno de Cristina.
La cotización de la soja continúa su rally alcista en el mercado de Chicago y ya está en el nivel más alto de los últimos 15 meses tras el acuerdo comercial entre China y Estados Unidos.
El contrato más cercano (noviembre de 2025) cotizó ayer a US$ 411 por tonelada, US$ 7 más que la anterior jornada (1,7%).
Así, desde que comenzó el rally alcista el viernes 24 del mes pasado, el valor del poroto se incrementó en un 7% y se posicionó en máximos desde el 8 de julio de 2024.
De todas maneras, más allá de la suba, aún está lejos del récord de los US$ 652 que tocó en junio de 2022, durante la gestión de Alberto Fernández, o de los US$ 650 que alcanzó durante la segunda gestión de Cristina Fernández de Kirchner en 2012.
La principal causa del incremento de la soja, según apuntó la analista de mercados Catalina Ferrari, es el nuevo acuerdo comercial entre China y Estados Unidos comunicado el día jueves, luego del encuentro entre ambos presidentes en Corea del Sur, Xi Jinping y Donald Trump.
Según lo informado por secretario del Tesoro, Scott Bessent, China se comprometió a adquirir unos 12 millones de toneladas de soja en lo que resta del año y 25 millones de toneladas por año durante los próximos 3 años.
Cabe recordar que China le compra en promedio a Estados Unidos entre 25 a 27 millones por campaña de las 109 a 112 millones de toneladas totales que importa.
Este año, sin Estados Unidos en el mercado, China importó mucho poroto de soja y lo hizo desde Brasil, principalmente, y Argentina.
En este marco, para Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera (CIARA) y del Centro de Exportadores de Cereales (CEC), la reactivación de compras chinas a EE.UU. no representa una amenaza para la Argentina, sino “un aliciente para la industria local”.
Según informó, unas 12 millones de toneladas de poroto se exportaron a China frente a la ausencia de Estados Unidos contras los 3-4 millones de toneladas que se venden en promedio por año.
“Son 12 millones que habitualmolienda mente se procesaban con empleo argentino. El salto fue superlativo”, señaló Idígoras.
A lo que agregó que si Estados Unidos. vuelve a participar del mercado chino, Argentina puede reorientar las exportaciones de harina o aceite de soja (más valor agregado) hacia otros destinos, como Vietnam, Indonesia, Malasia o India.
Idígoras precisó que, si bien la del último mes fue récord, superando las 4 millones de toneladas gracias al régimen de baja temporaria de retenciones, la proyección anual será inferior a la de 2024, debido al fuerte volumen exportado de porotos sin procesar.
A su vez, de acuerdo a Ferrari, se suman otros factores alcistas que impulsaron el precio de la soja, como los informes de consultoras privadas sobre el avance de cosecha en Estados Unidos, que indicarían una menor producción versus lo informado por el Departamento de Agricultura del país norteamericano en su informe de septiembre.
“De confirmarse esto en el próximo informe del Departamento, podrían ser aún menor el stock final del ciclo 2025/26 de Estados Unidos generando un sostén de precios hacia adelante”, analizó Ferrari.
Por su parte, según los cálculos del consultor Pablo Adreani, la próxima cosecha, que se estima en 50 millones de toneladas, tendrá un valor de US$ 21.000 millones (a un precio FOB de US$ 420 de la oleaginosa).
“La pregunta del millón es cuánto de esa suba de Chicago se va a trasladar a la suba en el mercado argentino”, señaló Adreani.
En su visión, “hoy por hoy estamos un poco divorciados de Chicago y hay que ver cómo termina la cosecha de soja americana. Pero ya desde el arranque, no más, en los últimos días la posición los futuros de soja de noviembre en adelante estuvieron firmes en Chicago”. Claro que advirtió que esa mejora no se reflejó todavía en la Argentina”, indicó.
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