Los acuerdos electorales para estas elecciones son una pintura del estado de la organización partidaria.
Un repaso por las alianzas y los nombres de quienes la integran no deja otra certeza que la profundización de la crisis política. Lo que interesa es ganar en octubre, pero no para proyectar el 2027. Sino para ganar en octubre. En los inicios de 2027 volverán las conversaciones para ganar las elecciones de ese año.
Las propuestas que se enfrentarán en la próxima contienda cerraron sin sonrojarse. El Gobierno selló un frente con La Libertad Avanza, que se quedó con el nombre de todo el paquete para no alterar la psiquiatría libertaria con sede en Casa Rosada. El objetivo en el Ejecutivo provincial es muy sencillo: no están dispuestos a aparecer el domingo de elecciones en la lista de los perdedores. Pero además las diferencias ideológicas tampoco son abismales. Ni las del PRO ni la de buena parte del radicalismo. Antes del cierre, Entre Ríos esperaba un desembolso para la Caja de Jubilaciones. Las urgencias cuestan. A Gustavo Bordet le pintaron todos los contenedores de basura de Paraná con la consigna Bordet = Macri, cuando Juan José Bahillo y Mayda Cresto levantaban la mano en el marco de negociaciones con Marcos Peña para oxigenar el sistema previsional. El entonces gobernador no las mandó a borrar, le sumaba votos de la góndola ajena.
Frigerio no achicó el frente, sino que lo agrandó. A lo que tenía, le sumó los libertarios, que durarán lo que dure Javier Milei. Una vez finalizado el proceso, quienes se pintaron de violeta se mostrarán defraudados de haber acompañado al Presidente y darán vuelta la página. Difícilmente los tuits de Marcelo Casaretto recordando esa alianza penetren en los hogares.
La entrega que reclaman algunos sectores del radicalismo tiene antecedentes. Cuando estalló el conflicto entre el gobierno nacional y las entidades del campo por las retenciones móviles, el centenario partido aprobó en un congreso que los dos primeros lugares para la lista de diputados en el Acuerdo Cívico y Social para las elecciones de 2009 serían radicales. No se cumplió. Atilio Benedetti encabezó y los dos lugares siguientes fueron para las entidades agropecuarias con los nombres de Hilma Re, por la Sociedad Rural; y Jorge Chemes, por la Federación de Asociaciones Rurales de Entre Ríos (Farer). En 2015 se quedaron sin candidato a gobernador por primera vez cuando fueron representados por Alfredo De Angeli.
Como si fuera poco, el presidente de la Unión Cívica Radical a nivel nacional y uno de los mejores legisladores que tiene el partido en el Congreso se llama Martín Lousteau.
El Partido Justicialista tiene una lista oficial y tres desprendimientos que van por fuera de la estructura. También existen antecedentes de este lado. Bordet “abrió el partido” en 2017 y se anotaron 9 listas, además de la oficialista. La única que hizo ruido fue la que encabezó Jorge Barreto. Obtuvo un poco más de 50 mil votos, de los cuales ninguno fue para el peronismo en las generales. El que gana conduce, el que pierde….¿Cómo decía?
Las cooperativas electorales que se desprendieron del peronismo son un deleite. Una la encabeza Héctor Maya a propuesta de José Allende; la otra Carolina Gaillard ante la falta de progresismo en el cuarto oscuro, según dijo. Hasta último momento esperó ser incorporada a la del oficialismo. El progresismo, desde el surgimiento del kirchnerismo a la fecha, se incorporó al PJ a dedo. Sin siquiera tomarse un café con el Gobernador de turno. El último que negoció política fue el fallecido dirigente del Partido Comunista, Federico Soñez.
Emilio Martínez Garbino es la otra carta peronista que inaugura la boleta única papel. Fiel a su compromiso laboral, cada dos años, es candidato.
La foto del último y anhelado congreso peronista que se desarrolló el 7 de septiembre del año pasado es coleccionable. Allende y Domingo Daniel Rossi rodean a Rosario Romero y José Eduardo Lauritto. Los intendentes fueron uno de los artífices de la lista oficialista. Convencieron a Adán Bahl, que se había persignado ante quien lo visitaba, que no competiría en esta elección. El otro es Guillermo Michel, que es candidato desde febrero de 2024.
Cuando se presentaron las otras propuestas y fueron vetadas por falta de documentación, era cierto. No llevaron avales. El peronismo no exige que las fichas sean válidas. Nadie iría a una dirección a corroborar si efectivamente allí vive el peronista que estampó su firma. Directamente no existían. En resumen: la lista la acordaron dos intendentes de peso y Michel, el que tiene los recursos y una estructura extra partidaria de contactos. Todo lo demás podría buscarse con Inteligencia Artificial.
El intendente de Santa Elena acaba de reiterar su denuncia “a las mafias” de su partido. Solo falta que su esposa y senadora, Patricia Díaz, presente un proyecto de Ficha Limpia. Andrés Laumann debería reclamar respeto a esta altura por las gastadas que recibe por sus épocas de Batman cuando era candidato a intendente de la capital provincial.
La bibliografía sobre la Entre Ríos moderna no abunda, pero sería imperdonable que la historiografía no registre el acuerdo inédito entre UPCN y el Partido Socialista.
Comentarios
Publicar un comentario