El radicalismo tiene que depurarse de topos

AUDIO. Entrevista a Luis “Changui” Cáceres, histórico referente de la UCR santafesina.

El ex diputado nacional santafesino Luis “Changui” Cáceres opinó sobre el proceso de su partido en Entre Ríos, al tiempo que analizó la realidad política del país. La Argentina, subrayó, “necesita que el radicalismo se reconstruya, y la reconstrucción del radicalismo se tiene que dar inexorablemente a partir de una purificación interna”. La UCR, agregó, “hace bastante tiempo que ha dejado de practicar la democracia interna”.

El congreso provincial de la Unión Cívica Radical (UCR), por una mayoría considerable, resolvió el sábado en Villaguay abrir el espacio de Juntos por Entre Ríos, a otras fuerzas políticas, sin nombre propio, sin mención explícita a La Libertad Avanza, pese a que eso, en definitiva, es lo que estaba en discusión.

Habrá, de todos modos, una interna partidaria que tendrá lugar el próximo domingo.

Desde la provincia de Santa Fe, el ex diputado nacional y veterano referente de la UCR, Luis “Changui” Cáceres, durante una entrevista con el programa En El Dos Mil También, que conducen Antonio Tardelli, Sebastián Martínez y Juan Cruz Varela por Radio Costa Paraná (88.1), dio su mirada sobre la actualidad del radicalismo e el país, y, además, hizo algunas apreciaciones sobre el proceso radical entrerriano.

El dirigente santafesino dijo que en este tiempo “estamos recorriendo provincias, hablando con correligionarios y tratando de, en una época de oscuridad, entre todos, poner un poco de luz”.

En este marco, Cáceres dijo que no le sorprendía lo que está sucediendo con el radicalismo en Entre Ríos sino que “nos está marcando cuál es la tarea que los radicales tenemos por delante, no sólo por una cuestión emotiva a una sigla, a una historia, a un camino que supo trazar la Unión Cívica Radical durante 134 años sino por la absoluta convicción de que la Argentina de la decadencia, la Argentina de estos tiempos, necesita de un radicalismo que vuelva a sus fuentes, a sus raíces, a lo que han sido tradicionalmente sus objetivos, y no esta cosa en la que se ha transformado en los últimos años, que ha ido desdibujando sus perfiles”.

Una situación extraña

Cáceres, quien en 1987 fuera candidato a gobernador de Santa Fe –y perdiera con el peronista Víctor Reviglio– también analizó la actualidad política nacional y observó, en este sentido, que  “tenemos una situación extraña” porque “una persona llega a Presidente teniendo el sincericidio de decir que es un topo dentro del Estado para destruir el Estado”.

“Ha tenido, en ese sincericidio, por lo menos, las pelotas de decir que están para hacer pelota a la democracia, a la república, tirar por la ventana la Constitución Nacional, las leyes, no respetar a las instituciones ni a la gente, etcétera, mientras que dentro de los partidos políticos hay topos que no tienen la dignidad ni las pelotas como para presentarse como topos adentro de los partidos. Y bueno, el radicalismo en este momento lo que tiene que hacer es depurarse de topos”, remarcó

En esta línea, Cáceres, de 82 años, consideró que “en algunas provincias quedaremos más (radicales), en otras provincias quedaremos menos, pero la Argentina necesita que el radicalismo se reconstruya, y la reconstrucción del radicalismo se tiene que dar inexorablemente a partir de una purificación interna”.

El dirigente admitió que en el actual proceso electoral, con pocas semanas de aquí a octubre, es muy poco lo que se puede incidir. “Pero lo que me estoy planteando es la lucha de 2027, en la idea y en la esperanza de que el país todavía exista en 2027, porque como vienen las cosas, todo peligra”.

– Los radicales de Entre Ríos forman parte de un gobierno que no controlan, apenas si acompañan al gobernador Rogelio Frigerio, que es del PRO, y necesita no pelearse con el poder central. ¿Qué diría usted?

Yo, sinceramente, lo que hubiera planteado, si fuera afiliado de Entre Ríos, es admitir una realidad que combatí en su momento, que no me gusta, que no me place, pero que es una realidad. Fue cuando se alcanzó el acuerdo, en 2015, en Gualeguaychú, y fui un duro crítico de eso, pero, objetivamente, hubo tres provincias donde ese acuerdo ganó y está gobernando.

En Entre Ríos, les guste a algunos y no les guste a muchos otros, es un acuerdo que es gobierno. Si hubiera formado parte de los radicales entrerrianos y hubiera tenido voz en ese proceso, lo que hubiera planteado era decirle al señor Gobernador, “vos llegaste a la Gobernación por un frente, nosotros formamos parte del frente, ¿estás dispuesto a mantenerlo o estás planteándote hacer una alianza con aquellas personas que nos vituperan, que plantean políticas que están en el otro extremo de lo que ha sido nuestra historia, nuestro accionar? Esto es una cuestión de elección. O te mantenés con nosotros y mantenemos el frente, o lo que estás haciendo es sustituirnos a nosotros por La Libertad Avanza”.

– Supongamos que yo soy Frigerio. Le dojo que le agradezco el consejo, pero yo estoy medio presionado por Karina Milei, por los Menem, por Pareja, por el Presidente, y necesito recursos porque estoy muy mal de fondos. Vayan ustedes los radicales, yo me quedo con La Libertad Avanza.

– Perfecto. Ojalá. Pero pongamos blanco sobre blanco y negro sobre negro.

– ¿Y por qué no pasa?

– Eso hay que preguntárselo a los que están conduciendo el partido en Entre Ríos.

Hasta por una cuestión de dignidad, se tenía que haber planteado la cuestión así.

No me puedo permitir que a mis padres, a mis abuelos, que digan que todo lo que hemos hecho ha sido todo un desastre y que la culpa del atraso y de no sé qué carajo, la tienen Yrigoyen y Alfonsín.

No podés tratar de llegar a tener un cargo, una diputación, una senaduría, lo que corno fuera, levantando la banderita de la Unión Cívica Radical, mientras defendés y llevás adelante políticas que son la antítesis de lo que el radicalismo ha defendido, ha promovido y promueve.

– ¿Qué le parece la actitud de (el gobernador de Santa Fe, Maximiliano) Pullaro de intentar jugar con este pool de gobernadores donde hay peronistas y del PRO, con un enemigo en común que parece ser el gobierno de Milei?

– Me parece que es un intento válido. Habrá que ver en el desarrollo del tiempo cómo se pule, cómo se purifica, pero me parece que es un camino necesario de abrir en estos tiempos.

Con absoluta objetividad digo que hoy no hay partidos enteros sino partículas adentro de los partidos. Entonces, a esta altura de los acontecimientos, que lo que es parecido de un partido con pedazos de otro partido, se empiece a agrupar, me parece un reordenamiento necesario, útil y que puede volver a poner un poquito de racionalidad a la política en Argentina.

– ¿Por qué la UCR acepta estas alianzas con La Libertad Avanza? ¿Por convicción, por estrategia, para no quedarse afuera?

– Me da la impresión de que los que están con La Libertad Avanza son aquellos radicales que ocupan espacios de poder y quieren seguir ocupándolos. Porque el radicalismo ha sido siempre no sólo un partido que pregonaba democracia a la sociedad, sino que demostraba que la practicaba hacia adentro del partido. Pero para ser absolutamente objetivo y franco, el radicalismo ya hace bastante tiempo que ha dejado de practicar la democracia interna. Mantiene una suerte de formalidad, de dibujo, como que lo está haciendo, pero ya hace años que no tenés democracia interna dentro del partido. Lo que tenés son direcciones enquistadas que se sirven de las siglas de la Unión Cívica Radical para mantener determinadas posiciones, escalar a determinadas posiciones o intentar preservarlas.

Y eso, además, hace perder credibilidad en tu vocación democrática frente a la sociedad. Porque la estarás proclamando hacia afuera, pero no la estás practicando más hacia adentro y eso se ve.

Creo que estos muchachos que están controlando la sigla y el sello del partido, no haciendo elecciones internas, haciendo trapisondas, dibujando cosas que no son, perdiendo incluso recursos en la Justicia y después no respetando lo que sale de la justicia, nos han llevado a una situación de decadencia de la cual vamos a salir.

Tengo 68 años de militancia política, nos han dado por muertos varias veces, y los muertos salimos de la tumba tres veces para darle tres Presidentes, para bien o para mal –no hago juicios de valor–, a la República Argentina. En 2027 vamos a ir por un cuarto.

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