Fue después de que Larroque lo acusara de “querer gobernar con 5 amigos” y de “ingratitud” con su vice. “Son debates de los medios, no de la gente”, dijo Fernández.
El Presidente reconoció que sigue sin hablarse con su vice y buscó quitarle trascendencia.
Lo dijo en una entrevista en la Televisión Pública. Agregó que “hay diablos que hacen subir los precios, y lo que hay que hacer es hacer entrar en razón a los diablos”. Sobre la expresión “guerra” contra la inflación, que generó repudio y aumentos en todos los rubros, dio a entender que fue malinterpretado. Antes, el dirigente de La Cámpora Andrés “Cuervo” Larroque acusó al Presidente de “ingratitud” hacia Cristina, de no darle protagonismo, y de “querer gobernar con cinco amigos”.
Lejos de aplacarse, durante el fin de semana siguieron los cruces en la cúspide del Frente de Todos. Ayer, el dirigente de La Cámpora Andrés "Cuervo" Larroque, quien parece ser el “vocero designado” por Cristina Kirchner, volvió a cargar contra Alberto Fernández. En un tono otra vez duro, dijo que hay "ingratitud" en el Presidente y lo acusó de "querer gobernar con cinco amigos". Eso sucedió a la mañana. Pero a la noche, entrevistado por la TV Pública, el Presidente optó por culpar a los medios de la tensión con su vice. “Hay una tarea insidiosa de quebrarnos”, dijo.
Fue tras reconocer que seguía sin hablarse con Cristina. Una cuestión inédita -y que trascendió porque su propia vocera lo hizo pública- a la que buscó restarle mayor trascendencia.
“Si hablo con Cristina el problema es que hablo mucho con Cristina y me impone cosas. Si no hablo con Cristina el problema es que no hablo con Cristina. Esos son temas que nosotros sabremos resolver. No quiero hablar del tema, estoy seguro de que acá nadie quiere romper nada. Podemos tener una diferencia, sí. Ni siquiera soy el dueño de la verdad. Lo que digo es que hay una clara vocación de que esto no se rompa. Te aclaro que no te leí hoy -le dijo al periodista que le hizo la pregunta en la entrevista televisiva- pero hay una tarea insidiosa de quebrarnos, de Alberto piensa tal, y Cristina dijo tal”.
Y planteó: “Son debates de los medios, no de la gente. En el Frente claro que tenemos miradas distintas, desde el primer día lo sabemos. Lo que tenemos que hacer es convivir con esas miradas distintas, respetándonos, no imponiendo condiciones”.
E insistió con el eje. Cuando le preguntaron sobre si la tensión en el oficialismo se podía “derramar” y afectar la gestión oficial, el Presidente contestó: “No voy a hacer nada para que el Frente de Todos se quiebre. Lo que derrama es la cantidad de cosas que escriben los medios”.
Pero más que un debate de los medios es el propio Frente de Todos el que pone de forma cotidiana en la agenda pública su dura interna. Fueron las cartas de Cristina en las que cuestionó la gestión oficial, fue la renuncia de Máximo Kirchner a la presidencia del bloque del FdT en discrepancia con el acuerdo con el FMI, fueron los votos en contra de los diputados cristinistas al acuerdo con el Fondo, fueron las declaraciones públicas.
El 24 de marzo, Andrés Larroque había sido lapidario. “El Presidente fue jefe de campaña de un espacio que sacó 4 puntos en la elección de la provincia de Buenos Aires”, dijo en referencia a las elecciones de 2017, donde el actual mandatario comandó la campaña de Florencio Randazzo.
Lejos de amilanarse, ayer Larroque volvió a castigar al Presidente. El ministro de Desarrollo Social de Axel Kicillof la figura de Cristina Kirchner y habló de "ingratitud" hacia la vicepresidenta quien, según sus palabras, es responsable de llevar a la coalición a ser gobierno y que actualmente es objeto de críticas dentro del espacio.
"Tenemos que estar a la altura, tener grandeza. El Presidente como sus laderos, o personas de mayor confianza, deben salir del laberinto en que se metieron respecto a creer que el enemigo es Cristina o el sector que representa", manifestó.
"Queremos que exista el frente. No hay una institucionalidad del FdT, no hay una mesa, ámbitos visibles, no se sabe donde se discute. No creo que los off sean el ámbito pertinente para discutir en el seno de una fuerza política que tiene la responsabilidad de gobernar", manifestó.
También cuestionó al sector más fiel a Alberto F. “Nos quieren poner a nosotros y a Cristina el mote de sectarios, cuando el sectarismo está en quienes quieren gobernar con cinco amigos”, sostuvo Larroque en alusión al Presidente y su entorno de funcionarios. En ese quinteto no estaría el ministro del Interior, el también camporista Eduardo Wado de Pedro.
El ministro de Kicillof también apuntó a la figura del ministro de Economía, Martín Guzmán, a quien responsabilizó de haber tenido como objetivo "humanizar" al Fondo que -según expresó- fue el "pináculo" que dinamitó la unidad.
Al tiempo que cuestionó duramente al titular de Hacienda por haber dado de baja el Ingreso Familiar de Emergencia. "Nos plantearon que el IFE no podía continuar porque eso se iba al dólar blue y a la inflación y seguimos con inflación alta. Muy alta, con 30 puntos como al inicio del año pasado y no está el IFE”, remarcó.
Al ser consultado sobre cómo imaginaba que Kicillof hubiese negociado con el Fondo, Larroque se cuadró con el gobernador: “Sin dudas hubiera negociado mejor (que Guzmán) el acuerdo con el FMI”.
El sábado, De Pedro admitió que Alberto y su vice tenían "distintas visiones" sobre el acuerdo. Y también apuntó contra los medios. "Hay un deseo de algunos medios de poner el eje sobre cómo se resuelve el problema, en vez de ponerlo en quién generó el problema, por qué se generó, a dónde fueron los fondos, qué se hizo", dijo.
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