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Polémica por la suba del saldo de las tarjetas de crédito

Comerciantes dudan de que este sea el camino adecuado para impulsar ventas, ya que muchas familias registran un alto nivel de endeudamiento. Los bancos cuestionan la medida.

Más saldo en la tarjeta de crédito, una medida controversial. Comerciantes dudan que aumentar el saldo de la tarjeta de crédito sea el camino para impulsar ventas: muchas familias registran un alto nivel de endeudamiento.

El ministro de Economía, Sergio Massa, anunció el lunes un acuerdo con bancos para ampliar la capacidad de consumo para los usuarios de tarjeta de crédito. De este modo, se incrementarán un 25% los límites disponibles para compras en un pago y un 30% para operaciones en cuotas, siempre que al cliente se lo permita su situación crediticia.

La medida resulta un alivio para las personas o familias que recurren a este medio de pago debido a la pérdida del poder adquisitivo frente a la inflación. Sucede que, más allá de financiar la adquisición de alguna compra extraordinaria, como en el caso de un mueble, un electrodoméstico, o un viaje, cada vez es más usual utilizar la tarjeta de crédito para la provista del supermercado, inclusive en cuotas si hay promociones sin interés; o para pagar servicios como la luz, el gas, internet y el celular, pateando compromisos financieros para el mes próximo.

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Mucha gente usa la tarjeta de crédito para compras cotidianas

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Sobre este tema, César Fontana, propietario de un supermercado de calle Churruarín, en Paraná, manifestó a UNO“El pago con tarjeta de crédito es lo que más está funcionando ahora. La Sidecreer tiene la opción de pagar hasta en tres cuotas sin interés, y ahora salió Naranja con una promoción para este fin de semana, también en tres cuotas sin interés, y la gente lo aprovecha. La verdad es que el efectivo está medio desaparecido, porque están bancarizadas todas las operaciones y si no es con tarjeta de crédito, la gente compra con débito”

Sobre la medida impulsada por el gobierno nacional para incentivar el consumo, opinó: “Por suerte se está trabajando bastante bien estos días, ya que el rubro nuestro es uno de los últimos que caen, porque es de primera necesidad. Pero creo que si la gente tuviese más saldo, compraría más, ya que al no alcanzar los sueldos, a muchos se les hace cuesta arriba”.

Distinta es quizás la realidad de los comercios de cercanía, donde el volumen de venta suele ser menor. Sobre el tema, Mario Sarli, integrante del Centro de Almaceneros de Paraná y propietario de una despensa en la zona sur de la capital entrerriana, comentó: “En nuestro sector no modifica nada esta medida, ya que habitualmente en los comercios chicos no se gasta mucho con tarjeta de crédito. En los hipermercados sí la gente va pedaleando así su consumo, y creo que agrandar el cupo disponible para comprar con tarjeta va a ser para endeudar más a la gente. Es un negocio para los bancos, con la tasa de interés que están cobrando. Pobre la gente que paga el mínimo, porque le sale más”.

Salir a comer afuera también es una actividad que se suma a esta tendencia, y Marcelo Barsuglia, presidente de la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica de Paraná (AEHGP) y propietario de un tradicional restobar de la Peatonal, contó a UNO: “La gente paga bastante con tarjeta de crédito; lo hace normalmente un pago, ya que en gastronomía muy pocos lugares tienen cuotas hoy, se da más en los servicios de lunch y eventos, cuando son importes mucho más grandes”.

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También mencionó que “el 70% de la gente abona con alguna modalidad de pago electrónico, como billeteras virtuales, tarjetas de crédito o débito, entre otras”.

Con respecto al aumento de saldo disponible, analizó: “Lo que pasa es que los saldos están aumentando con la inflación. Se van incrementando los menúes y las tarifas de hotel y tienen que aumentarlos, sino queda fuera de mercado la operación”.

En el mismo sentido opinó el vendedor de un negocio de indumentaria de calle Bavio: “La mayoría compra con tarjeta de crédito, aprovechando a financiar en tres cuotas, aunque sea un 10% más barato pagar en efectivo o en un pago. Y con la inflación hay que subir los límites de la tarjeta, porque los precios aumentan. Ya no hay relación con los precios, una saquito o un pullover salen 10.000 pesos y es prácticamente lo mismo que uno gasta cuando va a hacer la compra de la semana la supermercado”, dijo al respecto.

Tendencia riesgosa

En torno a si se nota un mayor consumo gracias a las tarjetas de crédito, Marcelo Ruggeri, integrante de la Cámara de Comerciantes del Microcentro de Paraná y encargado de dos locales del rubro zapatería de la Peatonal, evaluó: “Hemos ido notando en los últimos tiempos es que cada vez más la gente está consumiendo con tarjeta de crédito y con tarjeta de débito y se ha achicado el consumo en efectivo. Antes era más o menos una mitad lo que se consumía en efectivo y el resto se hacía a través de tarjeta, transferencia u otra modalidad del sistema de pago virtual. Esa es una cuestión que se está dando, pero eso no quiere decir que se aumenta el consumo, sino que solamente ha variado la modalidad de pago”.

Sobre el estiramiento de los límites disponibles, subrayó: “Soy poco optimista y no sé si esto servirá para incentivar en algo las ventas. Por lo menos ahora no se nota que se reactive el consumo, y no tengo demasiadas expectativas de que pase. A lo mejor la gente aprovechará para comprar algo más caro, como productos de electrónica, electrodomésticos con una ampliación del saldo en cuotas. En indumentaria o en comercios con productos que no son tan caros, lo más habitual son seis cuotas sin recargo y la gente lo usa; en 12 es muy costoso el arancel para el comercio y queda muy caro trasladárselo al cliente”, indicó.

Cargar combustible y pagar con tarjeta de crédito también se volvió común. Sobre este punto, Aníbal López, gerente de la Cámara de Estaciones de Combustibles y Anexos de Entre Ríos (Cecaer), señaló a UNO“Es el elemento de pago más utilizado. Alrededor de un 60% paga de este modo, lo que crea una gran cantidad de dificultades por el plazo de acreditación del dinero y tenemos un costo financiero altísimo”.

A su vez, refirió: “En general no llenan el tanque, cargan entre 3.000 y 4.000 pesos. Y no sé si aumentando el límite se va a impulsar más consumo, porque eso depende de la capacidad que tenga cada uno de compra. Hay que tener en cuenta que refinanciar la tarjeta sale muy caro y si uno lo piensa un poquito, por más saldo alto que le den, esto no facilita mucho las cosas”.

En este marco, Sergio, propietario de una mueblería de calle Perú, reflexionó: “De 1.000 pesos que entran a mi negocio, 500 son con tarjeta de crédito, pero se nota que la gente está muy endeudada”.

“Compran si tiene saldo en la tarjeta, pero hay muchos sin fondos, y a eso yo lo veo a diario, porque los bancos y las financieras les dan una tarjeta y hay quienes ganan 150.000 pesos pero de esta manera compran por 500.000. Después tienen que ir a las financieras a sacar un crédito para pagar lo que están debiendo, o a los prestamistas, que es peor. Entran en un círculo en el que pierden financieramente y no creo que si les dan más saldo se resuelva la caída del consumo, sino que se van a generar más deudas”, concluyó.

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