El blue siguió en $187 y sube $5,50 en lo que va del mes; los financieros continuaron en alza; el BCRA vendió US$60 millones y retrocede su tenencia neta.
Aunque el Gobierno parece subestimarlo, el clima de nerviosismo que fue ganando al mercado tras las PASO se refleja en un dato: todos los precios del dólar –en sus distintas versiones– alcanzaron en los últimos días nuevos máximos en el año. Fue el caso de los financieros ayer, aunque luego fueron contenidos por la intervención oficial . El blue, en tanto, se mantuvo en $187.
El impulso que le faltaba al billete surgió de la decisión de la administración Fernández de acelerar el gasto en un intento de tratar de dar vuelta la elección. Eso obliga a trabajar a destajo a una “maquinita” de imprimir billetes que funciona sin pausa desde hace dos años, aunque la demanda de pesos no reacciona. Y en un momento sensible: cuando las reservas propias del BCRA vuelven a estar en franca declinación. Ayer, la entidad tuvo que vender US$60 millones más.
“La radicalización del discurso oficial, la batalla interna y el cambio de gabinete de la semana pasada sin duda aceleraron los movimientos en busca de cobertura cambiaria”, explica el economista Nery Presichini, de GMA Capital.
El clima queda a la vista por la escalada sostenida que ensayan el dólar blue (que llegó ayer a tocar los $187,50 antes de volver a cerrar en su máximo de $187 y sube $5,50 en lo que va del mes); los dólares financieros con precios “intervenidos” por acciones de entes oficiales (que concluyeron la jornada cosméticamente apenas arriba de los $174, tanto en el caso del MEP como del CCL, pero tras marcar nuevos máximos de $177,30 y 178 durante la operatoria) y de los financieros que escapan del brazo estatal (como el dólar Senebi, que cotiza a $195 promedio según las paridades implícitas que surgen de acciones y bonos que son negociados en simultáneo en pesos y dólares).
Son valores que ayudaron a ampliar las brechas cambiarias a niveles que ahora van del 83% (comercial vs. MEP) al 98% (vs. Senebi).
Y que, como ya se demostró en el pasado y empezó a insinuarse (agosto mostró una diferencia de casi US$1300 millones entre las exportaciones declaradas en Aduana y los dólares efectivamente ingresados al mercado y pagos de importaciones superiores en US$450 millones al valor de mercadería ingresada al país), las que sufren cada vez que eso sucede son las reservas propias del Banco Central (BCRA).
“De manual: semejante diferencia incentiva la demanda de los habilitados a comprar dólares a la vez que hace que quienes están obligados a vender los que reciben por exportar demoren todo lo posible su liquidación por la plaza oficial”, comentó un operador cambiario.
El combo explica por qué el mercado se relanzó en las últimas semanas a “contarle las costillas al BCRA” para tratar de predecir el momento en que la errática política cambiaria oficial deberá ser reformulada, como sucedió tantas veces.
“Con la última información disponible, las reservas netas están alrededor de US$7500 millones: US$3100 millones en DEG, US$3600 millones en oro y US$800 millones líquidos. Pero de acá a diciembre la suma de los pagos con el FMI y organismos y la pérdida por las intervenciones que proyectamos suman US$3571 millones. Esto significa que para los primeros días de enero el BCRA debería empezar a vender oro para sostener el mercado de cambios, si no antes”, proyectó la consultora Econviews, que dirige Miguel Kiguel. Esos cálculos y previsiones se multiplicarán si, como ayer, el BCRA sigue perdiendo reservas. Por intervenciones de contado, resignó otros US$60 millones tras cinco días de relativo alivio, lo que hace que ya lleve perdidos unos US$750 millones en lo que va del mes.
En el Gobierno relacionan la carrera alcista del dólar con la incertidumbre que siempre provoca un proceso electoral, y desde Economía la adjudican a la decisión que tomaron los fondos del exterior que mantienen tenencias residuales de bonos en pesos y buscan dolarizarse preventivamente.
Pero lo novedoso es que la desbordante presión cambiaria local se registra en momentos en que el dólar estadounidense –a nivel global– comienza a revalorizarse, en atención al anunciado comienzo del fin (que será gradual) de las políticas monetarias hiperlaxas en los Estados Unidos, y ante el reacomodamiento preventivo al alza que ya muestran las tasas de interés (trepó de 1,30 a 1,52 la tasa a 10 años en una semana).
Esto se reflejó en el máximo de 94,2 que marcó el dollar index (que mide esa divisa contra otras 6 comparables) en un movimiento que si bien está ampliado por la debilidad que afecta a la libra esterlina, lo lleva a anotar un máximo en casi 11 meses.
“La semana pasada, la Fed se mostró más inclinada al ajuste de su política monetaria. Eso está ayudando al buen desempeño del dólar, por lo que espero un alza adicional de entre 2 y 3% de este índice”, profetizó al respecto Erik Nelson, estratega macro de Wells Fargo Securities en Nueva York, a la agencia Reuters.
El alza global del dólar, al tender a devaluar al resto de las monedas emergentes, acentúa la revaluación del peso argentino, ya encarecido por la diferencia de 15 puntos abierta este año entre el ritmo de ajuste cambiario y la inflación, y en momentos en que la moneda perdió toda la competitividad ganada tras la última gran devaluación, desatada luego de las PASO de 2019, según un índice que elabora el propio BCRA.
“El bono AL30, intervenido por el Gobierno, está marcando a diario récords de operatoria que luego se replican con el AL30D: es decir, es gente que lo demanda para cambiar pesos por dólar usando el MEP. Y está en franca escalada la demanda de los bonos dollar linked, lo que hizo que el bono TV22 pasara a rendir devaluación -5,2%, el tercer registro más negativo de su historia. O que el lunes se registraron suscripciones netas a los FCI dollar linked por $1369 millones, las cuales ya suman $17.000 millones en lo que va de septiembre”, detallaron desde Cohen.
El combo de máximos para el dólar se completa con las cotizaciones de $98,72 a la que cerró el mayorista vendedor, el avance de $103,75 a $104,20 del minorista de referencia en el día y el mínimo de $171,73 que le impone al “dólar solidario”.
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