Deberán participar en tareas de mantenimiento, limpieza, aseo e higiene de los espacios propios y comunes. La medida se aplicará a los 12 mil internos del Servicio Penitenciario Federal.
Los presos que se encuentren alojados en las cárceles federales tendrán la obligación de realizar tareas de mantenimiento de los lugares comunes, como son las celdas, pabellones y patios, para su reinserción, aunque sin percibir ninguna remuneración a cambio.
El Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Seguridad, estableció por medio de la normativa, “la obligatoriedad para todos los internos alojados en el Servicio Penitenciario Federal (SPF) de participar en las tareas de mantenimiento, limpieza, aseo e higiene de los espacios propios y comunes de los establecimientos penitenciarios”.
La normativa fue publicada hoy en el Boletín Oficial y lleva la firma de la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich. Estas tareas pueden desarrollarse hasta el lapso de cinco horas diarias, pero los internos no recibirán dinero por la labor realizada.
“Son tareas propias de la organización social humana. Con la resolución fortalecemos las tareas, se establecen cuáles son y un plazo total de cinco horas por día para llevarlas a cabo”, aseguró a Clarín Julián Curi, subsecretario de Asuntos Penitenciarios del Ministerio de Seguridad. Esta medida integra
Los materiales para trabajar serán provistos por el SPF.
a todos los casi 12 mil internos que tiene el SPF en todos los penales del país, sin discriminar que estén procesados o condenados. También están incluidos los presos calificados como “de alta peligrosidad” y los que están alojados por delitos de lesa humanidad.
Además, el funcionario aclaró que los materiales para llevar adelante las tareas de mantenimiento serán provistos por el SPF.
El artículo 18 de la Constitución Nacional establece, entre otras cuestiones, que “las cárceles de la Nación serán sanas y limpias, para seguridad y no para castigo de los reos detenidos en ellas”.
Curi aclaró que este artículo de la Constitución esgrime una obligación “para el Estado Nacional y para los internos”. Por otra parte aseguró que la normativa vigente “establece que los internos deben participar de tareas que hagan al cuidado y mantenimiento de los lugares de alojamiento”.
“Durante el kirchnerismo, el interno era una víctima y no se le exigía ninguna labor. No había mantenimiento de los pabellones ni lugares comunes. Todos los hábitos de cuidado y mantenimiento son para la reinserción. Cuidar la celda, el pabellón y patios son cuestiones básicas y no estaba reglamentado. A partir del programa Manos a la Obra lo ordenamos”, sostuvo el funcionario.
Curi aseguró que se implementará en todos los penales federales a la vez y no en uno en particular. “Todos tienen que participar si, por ejemplo, hay que pintar la celda, el pabellón o hacer mantenimiento de las camas”, indicó.
“Cuando en los pabellones hay conflictos quedan dañados. Entonces, lo que viene a organizar esta resolución es a dar forma a esta situación de mantener el lugar y repararlo
El horario de trabajo se extenderá hasta un máximo de 5 horas.
si hay algún daño, además de ser denunciado el que lo provocó”, explicó Curi a este medio.
La normativa tiene como eje principal que el interno “no tiene que estar ocioso y que esté de manera productiva. La ociosidad de los internos conlleva al aumento ostensible de los índices de violencia y alteraciones al orden, a la vez que resulta funcional a una subcultura carcelaria vinculada al delito, contraria a la legalidad y a los fines de la reinserción social”, dice uno de los argumentos de la resolución. El subsecretario aseguró que, entre los objetivos de esta resolución, está el de “inculcar hábitos saludables en los internos para que se reinserten en la sociedad”.
“Queremos que los internos dejen de estar ociosos, sin hacer nada, que es el peor castigo que puede tener la sociedad. La persona que no se reinserte atenta contra la sociedad”, remarcó.
La resolución publicada hoy en el Boletín Oficial señala que “las personas privadas de la libertad no son víctimas sino victimarios de la sociedad en su conjunto” y que el esfuerzo del Estado “debe estar orientado a que reparen el daño causado y adopten hábitos orientados al reconocimiento de su responsabilidad individual”.
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