Crecen los pedidos de argentinos para irse a vivir a Uruguay

Algunos ya se fueron y otros planean viajar para radicarse en los próximos meses. Buscan tranquilidad y previsibilidad.


"Cuatro de cada cinco operaciones que yo realizo son de argentinos que vienen para instalarse por lo menos seis meses. Esto no se ha ocurrido antes", afirma Alejandra Covello, dueña de la inmobiliaria Covello Propiedades. "Y yo, que venía con la idea de quedarme en Uruguayme terminé de decidir en la pandemia y desde hace 45 días me instalé en Punta del Este con mi marido y mis hijos".
Desde Uruguay, Covello asegura que "sufrí mucho la cuarentena en Buenos Aires, básicamente lo más duro fue que me prohibieran trabajar. Era inadmisible que no nos permitieran firmar un boleto de compra o de venta y se han echado a perder muchas operaciones. No soy una persona politizada, más bien todo lo contrario, pero en la Argentina es difícil todo y cuando te coartan la libertad es peor".
Después de más de un mes haciendo trámites con la Embajada de Uruguay, Covello, que tiene una propiedad y también sucursales inmobiliarias en el país vecino, logró el ansiado permiso y el 27 de julio ella y su familia se trasladaron a Punta del Este. "Acá nos cuidamos, pero hacemos todo: trabajamos, salimos a comer, vamos al gimnasio, mi hijo menor arrancó la escuela en jornada completa, se pueden hacer deportes al aire libre. Siempre con todos los protocolos, quiero dejarlo bien en claro, son muy rigurosos acá, pero está todo habilitado".

Alejandra Covello se instaló, junto a su familia hace 45 días en Punta del Este. "Hacemos una vida normal, con todos los protocolos, pero trabajamos sin problemas".
Alejandra Covello se instaló, junto a su familia hace 45 días en Punta del Este. "Hacemos una vida normal, con todos los protocolos, pero trabajamos sin problemas".
Covello remarca que realiza "una vida normal dentro del contexto de pandemia, no como en Argentina. Y lo digo con dolor, con vergüenza y con culpa, me da culpa haber venido y haber dejado todo, mi lugar y gente querida. Estoy muy conectada con lo que pasa allá y entiendo por qué está viniendo cada vez más gente al Uruguay. El exceso de legalidad me parece que se torna ilegal".
El cansancio y el disgusto por la situación política y económica actuales -sumados al fastidio que genera en algunos sectores la extensión de la cuarentena- está empujando a muchos argentinos a pensar en emigrar a Uruguay. Los casos famosos conocidos son los de Susana GiménezOscar González Oro y Juana Viale (quien contó que lo está pensando, pero no tiene previsto hacerlo en el corto plazo). Ellos forman parte de una gran masa de compatriotas que buscan un futuro del otro lado del Río de la Plata.
Según trascendió, en los últimos meses crecieron los pedidos de argentinos para tener residencia en Uruguay. Este fenómeno se da en un contexto promovido por la propia república oriental. Uno de los primeros planes anunciados por el flamante presidente Luis Lacalle Pou, quien asumió el cargo el 1° de marzo, es tratar de aumentar el tamaño de la población y parte de su plan incluye facilitar la entrada de residentes extranjeros.
En medios locales se informó que, en concreto, la nueva administración busca atraer entre 50.000 y 100.000 extranjeros en sus 5 años de gobierno, con un fuerte énfasis en grandes y pequeños empresarios argentinos que se ven afectados por los vaivenes económicos de nuestro país. aseguran que ya casi 25.000 argentinos tomaron la decisión de emigrar en los meses de pandemia de coronavirus.

Gregorio Medina es docente en un barrio humilde de Montevideo. "Esta vida en Uruguay no la cambio por nada".
Gregorio Medina es docente en un barrio humilde de Montevideo. "Esta vida en Uruguay no la cambio por nada".
"Ni en pedo me vuelvo", dice entre risas Gregoria Medina (39), que trabaja en el ambiente educativo, en Casavalle, un barrio humilde Montevideo. "Acá hay que laburar, hay que arremangarse, pero es otra vida, siempre lo fue y ahora mucho más. Yo veo por tele lo que pasa en Argentina y es de locos, no se puede vivir así, ahora entiendo por qué se quieren venir mucha gente".
Si bien Medina se fue hace una década, advierte ahora que "hay mucho movimiento de argentinos en la ciudad, te das cuenta rápido por su manera de hablar, gestos ampulosos, además de que se ven un montón de autos con patentes argentinas. Creo que la gente, por lo que dicen, es que ya no se aguanta la tensión imperante, el odio, las luchas de poderes, aspectos que en Uruguay son mucho más light".
Instalado con su mujer y sus dos hijos, este profesor de Filosofía que ejerce en el Liceo Los Pinos dice que extraña el barrio de Almagro, a parte de su familia y amigos "pero me pasa que cuando viajo a Buenos Aires, no puedo soportar la tensión que hay y al tercer día me quiero volver, Yo viví 29 años en Argentina, cuando llevás tiempo en otro lugar, es increíble la diferencia que hay, el bienestar, la tranquilidad, en fin...".

Ignacio Garcia es maestro de Literatura y está decidido a irse a Uruguay. "Querer partir es como un divorcio traumático que yo no provoqué"
Ignacio Garcia es maestro de Literatura y está decidido a irse a Uruguay. "Querer partir es como un divorcio traumático que yo no provoqué"
"Estoy cansado de dejar la vida en este país sin poder cosechar nada, ni una satisfacción. Necesito otra realidad, estoy en el codo de mi vida, tengo tres hijas y una mujer y tenemos urgencia de vivir mejor. Acá está claro que no podemos. Son los mismos problemas de hace años y cuando te despertás te encontrás con algo peor", expresa con angustia Ignacio García (40), profesor de Literatura.
Por proximidad, por idioma y por mayores posibilidades laborales, García mira a oriente y ve a Uruguay como su destino inmediato. "Estoy dispuesto a irme solo y probar seis meses. Sé que será duro, pero lo hablé con mi familia y me apoya. Yo estuve averiguando y sé que en el campo educativo tengo muchas chances".
Con dos hijas de 12 y 9 años a las que ve angustiadas y deprimidas, García está convencido de los pasos a seguir. "Yo soy de San Martín y me mudé a San Fernando para ganar en calidad de vida, pero ahora resulta que días atrás nos enteramos de que aquí cerca empezaron con las tomas de terrenos, algo que realmente me da miedo".
Cansado de la hostilidad y el desgaste, García no puede creer" esta pelea entre el Gobierno Nacional con la Ciudad de Buenos Aires, es insólito. No aprendemos más, lo único que se les ocurre es ver cómo nos agregan más impuestos... Realmente no hay una bocanada de aire fresco por ningún lado y estar convencido de irme es un divorcio, pero un divorcio traumático que yo no provoqué. ​Somos muchos los que nos sentimos empujados a irnos en busca de un lugar previsible y tranquilo. ¿Es mucho pedir?".
DD

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Falabella no ve salida a la crisis económica y se va de la Argentina

Incluye a Sodimac y tiene 4.500 empleados

Local icónico. Sobre calle Florida funcionaba la multitienda dedicada a la venta de ropa que ayer cerró. Falabella también involucra a Sodimac y a la tarjeta CMR con 300 mil clientes.

De capital chileno, es una de las grandes multitiendas y está aquí desde la década del 90. Tiene negocios en siete países de la región, donde por la pandemia perdió unos US$ 136 millones en el primer semestre del año. Decide irse por la recesión, pero además, por la dificultad para importar y acceder a divisas, y el cambio permanente de las reglas de juego. Hasta ahora, unas diez empresas ya se fueron o estarían por irse: Latam, Qatar, Air New Zealand y Norwegian, las autopartistas Basf, Axalta y Saint-Gobain, Nike y Walmart, que busca un socio.

La compañía chilena Falabella se prepara para seguir los pasos de otras empresas globales que este año optaron por irse de Argentina o reducir su exposición en el país. La baja del consumo achicó la perspectiva de la cadena de multitiendas que ayer informó que cerrará cuatro locales mientras está a la búsqueda de un socio que le permita sobrevivir. Emnegocios plea a unas 4.500 personas. En el país Falabella tiene 10 tiendas y el mismo grupo empresario es dueño de 9 sucursales de Sodimac, con locales especializados en materiales de construcción y artículos para el hogar.

A través de un comunicado, la compañía confirmó el anticipo de Clarín. “Falabella se encuentra evaluando opciones de rentabilización de las operaciones de sus filiales en Argentina, las que podrían incluir el ingreso de un socio estratégico”, indicaron. La empresa informó que cerrarán dos tiendas Sodimac, las ubicadas en Villa Tesei y Malvinas Argentinas, y dos Falabella, las de Florida 343 y Tortugas Open Mall. Sus empleados ya recibieron la propuesta del retiro voluntario.

Tras la decisión de Falabella está la crisis desatada por la pandemia, y también los problemas habituales de la economía argentina, entre ellas, las restricciones cada vez más marcadas para importar y el impacto de la brecha cambiaria, además de los cambios permanentes de reglas de juego. La compañía chilena pertenece a la familia Solari y ya en 2019 bajó la persiana de uno de sus locales más grandes, el de Florida al 600.

Además de Sodimac, otro de los negocios del grupo en el país es la tarjeta financiera CMR, que tiene cerca de 300.000 clientes. Falabella había desembarcado en el país en la década del 90. Ahora está en busca de compradores, una tarea nada fácil en este contexto. Otras multinacionales que también quieren salir del país, como Walmart, aún no encuentran una oferta conveniente. Según trascendió Falabella ya le dio mandato de venta al banco de inversión Columbus Merchant Banking.

La pandemia golpeó en los ingresos de la cadena con presencia en Chile, Argentina, Perú, Colombia, México, Brasil y Uruguay. Entre enero y junio perdió US$ 136 millones, frente a las ganancias de US$ 205 millones del primer semestre del año previo. Pero mientras a nivel regional la facturación cayó 25% en el segundo trimestre, en el país se desplomó 58%.

En lo que va del año, las acciones de la firma, que cotiza en la bolsa de Santiago de Chile, cayeron en torno al 30%. Los ingresos bajaron 25% y totalizaron US$ 2.140 millones en el segundo trimestre. “Los resultados del trimestre reflejan el fuerte impacto de los cierres forzados de tiendas y centros comerciales, lo que resulta en un deterioro de margen relevante, como consecuencia del drástico cambio de mix en términos de canales y categorías, acompañado de aumentos en los costos de riesgo en los bancarios”, dijo el argentino Gaston Bottazzini, CEO del grupo, al presentar el balance de la empresa ante la bolsa de valores.

Falabella buscó ganar presencia en el mercado online, pero se enfrentó con problemas de logística. La situación fue crítica en Argentina, donde los consumidores volcaron sus reclamos a las redes sociales por las demoras en las entregas de los productos. En Chile, antes de la pandemia tenía el 36% de las ventas online del país.

Ese market share cayó al 25% en medio de la crisis del coronavirus.

El golpe de la cuarentena recargada puso fin a las inversiones en el país de compañías como la alemana Basf o Qatar Airways, mientras que otras como Latam o Telefónica achicaron sus inversiones.


Para Guillermo Olivetto, especialista en temas de consumo, no todos los sectores sufrieron el mismo impacto durante la pandemia: “El mundo Falabella, es el de los shoppings, cuyas ventas se hundieron. “El problema de la pandemia está en todos lados, pero pareciera que cuando las empresas tienen que levantar el pie de acelerador eligen hacerlo en Argentina. Ese es un mal dato: algunas empresas están viendo un riesgo mayor acá del que ven en otros países de la región”, planteó Olivetto. 

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