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Si bien en julio hubo una mejora respecto de junio, la compraventa de inmuebles en la ciudad de Buenos Aires lleva 14 meses de caída interanual consecutiva, un ciclo histórico similar al que sucedió después de la crisis de 2001 y en la etapa posterior al comienzo del cepo cambiario, durante la presidencia de Cristina Kirchner, que fue más largo y anotó 25 meses de caída.
En julio pasado hubo 3208 operaciones, según el Colegio de Escribanos porteño, un 18,7% más que en junio, pero un 27,6% menos que igual mes del año anterior, cuando ya se había empezado a sentir el impacto de la devaluación de abril, lo que hizo que menos gente pudiera acceder a tomar un crédito hipotecario, el factor que hizo crecer el número de escrituraciones hasta más de 6000 por mes.
De esta forma, desde abril de 2018 comenzó una curva descendente que, parece, continuará. “Estamos viendo datos viejos porque después de las elecciones primarias la perspectiva es peor. Hasta antes del 11 de agosto veníamos con cierta tranquilidad por la estabilidad cambiaria, pero la bomba de la devaluación del orden del 30% hace que pensemos que con esto, más la incertidumbre por las elecciones de octubre, los números de escrituraciones de agosto y septiembre van a ser más bajos”, explicó Soledad Balayan, titular de Maure Inmobiliaria.
“No soy optimista. Veníamos hablando de ajustar valores en dólares para que haya más transacciones y esos valores hoy están aún más desfasados”, agregó.
Por su parte, Santiago Magnin, titular de la inmobiliaria homónima, hizo un diagnóstico similar. “Hasta julio inclusive, veníamos cabeza a cabeza compitiendo con los mínimos del cepo cambiario. En agosto, por efecto de la última megadevaluación, estimo que superaremos los mínimos del cepo y llegaremos al peor trimestre de toda la historia registrada en relación con la cantidad de transacciones”, opinó.
Y dijo que las 3208 ventas de julio tienen que ser comparadas con otro número: los 117.535 avisos de propiedades en venta que hay en el sitio Zonaprop. “El stock de propiedades en venta [que no se venden] está en un máximo histórico [superior al del cepo cambiario] y habla de una demanda raquítica”, consideró.
De acuerdo con esto, el poco movimiento del mercado viene de la mano de gente que no necesita acceder a un crédito, lo que se ve en el aumento del valor del ticket promedio, que, para julio, fue de $6.034.194 (US$137.924 de acuerdo con el tipo de cambio oficial promedio). El monto creció 64% en un año en pesos, mientras que en moneda estadounidense subió 6%.
Atento a la situación, el presidente del Colegio de Escribanos porteño, Claudio Caputo, reiteró el pedido de una mesa de concertación con el Estado y todos los actores ligados “para encontrar una salida” a este panorama. “Son 14 meses de caída interanual consecutiva, algo pocas veces visto en la historia inmobiliaria argentina”, afirmó.
Según las estadísticas del Colegio porteño, que arrancan en 1998, entre febrero de 2001 y marzo de 2002 se registraron 14 meses de caída de las operaciones (el mínimo histórico fue en febrero de 2002, cuando hubo solo 1557 escrituras) y de enero de 2012 a junio de 2014, 25 meses en baja.
La reactivación se demorará
En referencia a la historia inmobiliaria argentina, José Rozados, fundador de Reporte Inmobiliario, aseguró que lo que se necesita para que el mercado tenga un ciclo de crecimiento sustentable y con proyección en el tiempo es estabilidad macroeconómica o cierta previsibilidad. “En la década del 90 un peso era igual a un dólar y uno hacía las cuentas en función de eso. Después del 2001, con la salida de la convertibilidad en el primer mandato de Néstor Kirchner había previsibilidad en el manejo de las variables. No es que no había inflación o que el dólar no se movía, pero había una relación. Hoy la verdad es que ese escenario está cada vez más lejos, sobre todo post-PASO”, afirmó.
Para Rozados no hay instrumentos racionales a los cuales actualmente se pueda apelar de manera seria para asegurar cosas como tasa de rentabilidad o ganancia hasta después de octubre o diciembre, cuando se defina si asume un nuevo presidente o si Macri es reelegido.
“Hoy, dimensionar el riesgo de una inversión es sumamente difícil a menos que se haga a un costo de oportunidad. Por ahora lo que se puede leer es que determinado sector está más dispuesto a aceptar contraofertas”, contó.
Por último, adelantó que realizó una encuesta a profesionales del sector y un 70% dijo que espera que el nivel de actividad disminuya aún más este año.
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