“Yo cobraba un cheque de $50 mil y me daban 2.500”, confesó un contratado del Senado

















Leonardo Dehan es un hombre humilde, conocido en Paraná por su labor social vinculada al boxeo. En diálogo con Cuestión de fondo(Canal 9 Litoral) contó cómo comenzó hace 10 años a cobrar dinero “del gobierno” a partir de una propuesta de Flavia Beckman, una persona de su confianza hoy detenida en el marco de la investigación por los contratos truchos en la Legislatura entrerriana. “Yo cobraba un cheque de 50.000 pesos y me daban 2.500”, confió el hombre, quien contó que “estaba agradecido” porque “necesitaba la plata”.
-¿En qué año te relacionaste por primera vez con Flavia Beckman

-Hace más de 10 años, en 2008 o 2009.

¿Cómo fue esa relación? ¿Ella qué te ofreció?

-La relación fue excelente. Éramos vecinos. Tenían un mini mercado. Tenia cuenta ahí. Se estaba portando muy bien conmigo.

-¿Cómo surgió la cuestión de que te diera una plata mensual?

-Al ver ella el problema económico mío, que llegaba muy ajustado a fin de mes, me ofreció un día darme una platita para ayudarme que venía del gobierno. Me dijo que estaba trabajando en el gobierno. Yo estaba en el tema del boxeo, tenía mi gimnasio y le daba a los chicos gratis. Ayudaba a los chicos del barrio. Soy conocido públicamente por sacar chicos de la calle y de la droga. Me ofreció ayudarme.

-¿Y cómo hacían? ¿Te entregaba un cheque?

-Sí. Yo le pregunté porque era de más monto que el que me daba. En esa época, eran de 500 pesos y me daban 100. Me dijo que era plata que se repartía, que no quedaba para ellos sino que era un poco para mí y otro poco para gente que estaba necesitada como yo. Que yo iba a hacer un bien en firmar para ayudar a otra gente.

-¿En 2008 te hizo firmar algo?

-Me acuerdo que firmaba un cheque mas o menos de 500 pesos y me daban 100. Después se fue aumentando.

-¿Durante estos 10 años siempre cobraste un dinero?

-Si, iba todos los meses. Una vez me cortaron como sies meses. No se que pasó.

-¿Cuándo fue la última vez que cobraste un cheque?

-Hará más o menos cuatro meses.

-¿De cuánto era?

-De 35.000.

-¿Y cuánto te daban?

-Me daban 2.500 más 1.300 del monotributo.

-¿Después te hicieron firmar un contrato?

-Si, hace mas o menos tres años.

-¿Lo leíste?

-No porque había mucha gente esperando ahí en la casa de ellos.

-Gente que iba a firmar algo parecido.

-Sí, no era yo solo.

-Y ella te decía que era del gobierno.

-Yo soy una persona muy agradecida y confiaba tanto en ellos por ayudarme porque no tengo plan social ni nada ni lucro con el boxeo.

-¿Hablaste con las otras personas?

-No porque no las conocía, era entrar y salir, te daban la plata o firmabas. Le pregunté por el contrato y me dijo que era para hacer algo mas transparente y para que yo me quedara tranquilo. Le pregunté porque era alto en monto, si no me perjudicaba, me dijo que no, que me quedara tranquilo, que el contador se encargaba de eso.

-¿Te lo nombró?

-No nunca y nunca me dejaron llegar. Yo una vez quise ir a buscar no me acuerdo qué papeles cuando me dejaron de pagar el monotributo y no me dejaron.

-¿Cuándo te dijeron q tenias que buscar una tarjeta de débito?

-Hace tres o cuatro meses mas o menos.

-¿Fuiste al banco?

-Si, la retiré y me la pidieron y se la di con total confianza.

-¿Te seguían dando 2.500 pesos?

-Sí.

-¿Cuándo fue la última vez?

-Hace un mes. Yo no sabia que estaban cobrando 50.000 pesos.

-¿Qué pasó el 1 de septiembre? ¿Ella te llamó?

-Si, me pidió que por favor fuera a la casa y le firmara la autorización de la tarjeta porque estaba con problemas.

-Fue cuando había sido allanada.

-Sí, me pidió por favor que le firmara urgente la autorización. Y que dijera que trabajara en el Senado y cobraba 50.000 pesos. Ahí me cayeron las fichas. Si yo no trabajo en Senado y no cobro 50.000 pesos. No tengo ninguna prueba, pero es lo que habíamos pactado desde un principio. Para mí era de no tener ninguna entrada a tener 4.000 pesos, porque a lo último no pagaba el monotributo. Le decía a ella que pagaba y me lo agarraba yo.

-¿Qué te pasó cuándo te enteraste lo que había sucedido?

-Me sorprendí y me dolió mucho porque los apreciaba. Nunca me imaginé. Por eso confié y firmé los contratos sin ver. Ahora estoy muy sorprendido y quiero aclarar públicamente que esto es real. Soy una persona honesta, todos me conocen y saben quién soy y qué hago.

-¿Siempre la relación fue con Flavia o también con el marido?

-La que manejaba todo era Flavia. Mayormente iba a cobrar el cheque al banco con gente de ella, el yerno, no se quién era. En un estacionamiento nos esperaban.

-¿Alguna vez fuiste a cobrar cheques de otra gente?

-Creo que sí. Sí. Mayormente el mío y a veces no podía ir y se ve que cobraban igual porque ella me llamaba y yo iba y buscaba la plata. Yo a veces pedía adelanto y no me lo daban. ANÁLISIS DIGITAL

Investigación por asociación ilícita y peculadoCausa por los contratos en la Legislatura: Urribarri, Bahl, Lauritto, Cáceres y Guastavino, al borde de ser imputados

Click para AmpliarEl programa televisivo Cuestión de fondo (Canal 9 Litoral) reveló la trama de recaudación a través de contratos truchos que existe en la Legislatura entrerriana, al menos desde 2008. Personas que cobran de alguna de las dos cámaras un porcentaje no mayor al 5 por ciento de lo facturado, a las que les pagaban el monotributo y hoy acumulan abultadas deudas tributarias, son una de las herramientas de la maniobra. El mecanismo se completa con una estructura jerárquica que abarca al ex gobernador Sergio Urribarri en su rol de presidente de la Cámara de Diputados, a su antecesor José Allende, y al vicegobernador Adán Bahl y a sus antecesores Pedro Guastavino, José Lauritto y José Cáceres, en carácter de ex presidentes del Senado. Todos ellos serán citados próximamente a designar abogado defensor en el marco de la investigación que lleva adelante el Ministerio Público Fiscal y serían imputados en breve por la presunta comisión de distintos delitos, como asociación ilícita y peculado. También se apunta a autoridades de ambas cámaras. Del Senado, entre otros, a los ex directores contables Juan Domingo Orabona y Gustavo Pérez; a los ex secretarios Mauro Urribarri y Sigrid Kunath; a Natalio Gerdau que actualmente ocupa ese cargo; y a los ex prosecretarios Juan Pablo Aguilera y José Kramer. De Diputados, al ex director contable Sergio Cardozo; al secretario Nicolás Pierini; al prosecretario Sergio Cornejo; y a la ex prosecretaria Claudia Krenz.
(de ANALISIS DIGITAL)

En la Legislatura entrerriana había una estructura jerárquica: los contratados, a los que venían usando desde hacía muchos años y otros que tenían como temporales. Cobraban dos o tres meses y los dejaban afuera. Les daban el 5 por ciento del dinero, según se pudo reconstruir periodísticamente, en base a testimonios de protagonistas directos .

Estaban los contratados, los recaudadores y los funcionarios o legisladores hasta donde llegaba el dinero. Les pagaban el monotributo y la obra social, aunque ahora están con deudas de hasta 50 mil pesos, de acuerdo a un relevamiento entre algunos de los declarantes. Según se pudo saber, fueron más de 30 los que testimoniaron ante los fiscales Patricia Yedro e Ignacio Arramberri.

Nunca les dejaban ver el contrato ni los datos del cheque, emitido desde los Contables legislativos. Muchos de ellos sabían que eran contratados del Senado o Diputados. Un grupo más reducido quizás lo desconocía. De acuerdo a consultas en ámbitos legislativos, hubo períodos en los que había cerca de 600 contratados truchos entre las dos cámaras; después, el promedio era de 350 aproximadamente. Actualmente, hay 1.200 contratados en la Legislatura entrerriana. Se reparten en algo más de 600 para Diputados e igual número en el Senado.

"Los contratos fueron de 5.000 a 6.000 pesos en los primeros años. El año pasado llegaron a 35.000 pesos y en la actualidad alcanzan los 50 mil pesos", dijo uno de los contratados, quien prefirió mantener en reserva su identidad. La mayoría eran de las cámaras, pero también había de algunos legisladores del oficialismo, quienes concentran buena parte de esos beneficios.

Hay que recordar que en la actualidad existen cinco personas detenidas, acusadas de fraude y asociación ilícita. Los detenidos, son: Flavia Marcela Beckman, Esteban Ángel Alberto Scialocomo, María Victoria Álvarez, Alfredo Bilbao, y Roberto Ariel Fauré. Cabe recordar que el senador nacional Pedro Guastavino (PJ-Entre Ríos) reconoció que fueron contratados por él y se puso a disposición de la justicia. No obstante, se sabe también que tanto Guastavino como la senadora nacional Sigrid Kunath (PJ-Entre Ríos) tienen empleados legislativos, cuya contratación fueron ordenadas desde el urribarrismo apenas asumieron sus respectivos mandatos. Los tres primeros –Beckman, Sciolocomo y Álvarez- fueron sorprendidos por la Policía cuando realizaban la maniobra con las tarjetas de débito en un cajero a mediados de septiembre. Luego cayeron los otros dos empleados legislativos.

No hay registros desde antes de 2008; es como que la historia arranca a partir del primer gobierno de Sergio Urribarri. El grupo delictivo comenzó a operar cuando Mauro Urribarri y Juan Pablo Aguilera se adueñaron de las cajas políticas del Senado y de Diputados. En especial en Diputados, donde el presidente era José Angel Allende, pero no tenía poder de decisión sobre los contratos o pagos de la cámara baja.

Según los càlculos, este año sacaron alrededor de 13 millones de pesos por mes con esa modalidad de los contratos. Hay que recordar que la Legislatura tiene un presupuesto de 1.000 millones entre ambas cámaras. Los cálculos indican que entre 2008 y 2018 se presupuestaron algo así como 12.000 millones de pesos, tomándose valores actuales. En el 2019, el presupuesto provincial prevé algo así como 630 millones anuales para cada cámara.

De acuerdo al presupuesto actual -al que se accede por la web oficial-, cada cámara tiene previsto contratos por unos 25 millones por mes. A partir de datos de gente cercana a los propios Contables legislativos, se establecería que los contratos necesarios y reales serían un poco más de 5 millones de pesos.

Y en la justicia provincial están mirando también lo denunciado sobre la mesa de dinero con dólares en el Senado, que fue revelado por la revista ANÁLISIS a fines de 2016, cuya causa está en la justicia federal. El sistema dependía de Mauro Urribarri y Juan Pablo Aguilera y ahora se entiende mejor cómo era el mecanismo en el que, también con ese festival de contratos, se desviaba dinero, que era parte de este negocio de unos pocos.

Se está pensando que tendrán que declarar como testigos entre 200 y 300 personas. Ya declararon más de 30 contratados a los que se les habían apropiado las tarjetas de débito. En una siguiente tanda de llamados, la semana próxima, se citará a quienes quedarán como imputados y tendrán que presentar abogados defensores. Son más de 20 personas del poder político y varios particulares. 

Ello no quiere decir que sean todos llamados a indagatoria, pero se les complicará sin dudas la situación política. Se los imputará por asociación ilícita y peculado, por la sustracción de fondos del Estado, mientras que habrá particulares, además de los detenidos y otros contadores que aparecen en la mira judicial, que serán partícipes del delito.

Puntualmente, se apunta al vicegobernador Adán Bahl y a los ex vicegobernadores Pedro Guastavino, José Lauritto y José Cáceres, además del actual presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Urribarri, y su antecesor en ese cargo, José Allende, actual diputado provincial.

También a autoridades de ambas cámaras, con responsabilidades diversas en cada una de las estructuras. Del Senado, entre otros, a los ex directores contables Juan Domingo Orabona y Gustavo Pérez; a los ex secretarios Mauro Urribarri y Sigrid Kunath; a Natalio Gerdau que actualmente ocupa ese cargo; y a los ex prosecretarios Juan Pablo Aguilera y José Kramer. De Diputados, al ex director contable Sergio Cardozo; al secretario Nicolás Pierini; al prosecretario Sergio Cornejo; y a la ex prosecretaria Claudia Krenz.

La pregunta es hasta dónde la Fiscalía Anticorrupción no deberá contar con una mayor estructura para semejante causa, solamente equiparable con la defraudación a la Administración Tributaria de Entre Ríos (ATER).

Y la otra pregunta es qué pasará con la carrera política de quienes aparecen relacionados a todo esto: Adán Bahl, José Laurito, José Cáceres, que nunca antes habían estado imputados en causa alguna y que tienen pretensiones electorales para el año próximo.

Los bienes del contador Bilbao

En el marco de la causa en la que están en observación más de 350 contratos que están, los fiscales Patricia Yedro e Ignacio Aramberry, con la coordinación de la fiscal anticorrupción Cecilia Goyeneche, realizaron a principios de octubre dos allanamientos en uno de los cuales quedó detenido junto a otras tres personas Alfredo Bilbao quién, además de ser responsable inscripto para servicios empresariales y cría de ganado bovino, es contratado en planta temporaria por el senador nacional Pedro Guastavino desde principios de 2013, bajo la Categoría A-2, con una remuneración que ronda los 61 mil pesos mensuales.

Según pudo saber Cuestión de Fondo de acuerdo a información que figura en un organismo oficial, Bilbao posee tres vehículos (uno de ellos compartido con su esposa), dos casas –una en Paraná y la otra en Villa Libertador General San Martín- (una compartida con su esposa), una cochera, una chacra sobre ruta 12, ocho departamentos en Villa Libertador General San Martín y dos terrenos en Paraná.

Su esposa, Julia Gabriela Vainsten, además del vehículo y la casa que posee a medias con Bilbao, tiene también cuatro departamentos y una cochera en Paraná y un terreno en Villa Libertador General San Martín.

El detalle de los bienes del matrimonio muestra un Volkswagen Take Up 2017, una Toyota Hilux 4x4 2017 y un Peugeot 208 Feline 2014. Las casas están ubicadas en calle Madre Teresa de Calcuta en Villa Libertador y en calle El Ñapindá en Paraná. Los departamentos son ocho en calle Amado Nervo en Villa Libertador, cinco en calle Alsina y uno en calle Colón en Paraná. A la chacra en ruta 12 se suman los terrenos en calle Antonio Crespo y del Payador en Paraná y en calle Ramón Isasi en Villa Libertador. ANÁLISIS DIGITAL



Urribarri maneja la llave de los contratos de legisladores



A nadie escapa que buena parte de los recursos que administran los legisladores forman parte de los fondos que se utilizan para sostener la actividad político-partidaria de dirigentes y partidos. Desde hace una semana, una de esas “canillas” por las que fluye la plata negra de la política quedó al descubierto: primero, con los contratados del Senador Nacional Guillermo “Pemo” Guastavino que fueron atrapados in fraganti cuando retiraban miles y miles de pesos de cajeros automáticos con varias tarjetas Banelco con diferentes nombres. Y luego, con la objeción de la Cámara de Diputados de Entre Ríos que se opuso al pedido de la Justicia para aportar el detalle de los contratados de los últimos 10 años. Desde entonces, el tema divide aguas entre los dirigentes de Cambiemos y llama a silencio a los legisladores del Peronismo que no quieren perder participación en la enorme torta de recursos que significan los fondos para contratos.

Gastos millonarios

Para dimensionar el monto que representan los fondos para contratos en la actividad legislativa, en primer término hay que decir que no hay normas claras respecto a cómo se implementan esos gastos ni cuánto le corresponde a cada legislador. Por ejemplo, en el Senado de la Nación hay legisladores que mantienen 32 contratos y otros que apenas cuentan con dos contratados. ¿De qué depende la cantidad de contratos? De la relación que mantenga cada legislador con el Presidente de la Cámara y/o el Presidente de bloque. Así de arbitrario. Por eso el senador entrerriano Pemo Guastavino cuenta con 26 contratados que le cuestan a los argentinos más de $1,3 millones al mes frente a Senadores que apenas disponen de dos contratos de la Categoría más alta que representan $144.000 al mes.

Lo mismo ocurre en la Cámara de Diputados de Entre Ríos, donde el Presidente del cuerpo, Sergio Urribarri, reparte contratos cual caramelos según la relación que mantiene con cada legislador. Así, hay diputados que disponen de $95.000 mensuales para contratos, mientras que los legisladores más cercanos a Urribarri superan ampliamente los $300.000 por mes.
¿Quiénes asesoran a los legisladores?
Cada legislador puede decidir a cuántas personas contratar y distribuir el total de los fondos entre la cantidad de asistentes que considere, siempre y cuando no supere el monto global que tiene asignado. En la Cámara de diputados de Entre Ríos, los contratos más costosos no pueden superar los $28.000 al mes y en general son contratos de locación de servicios que se firman por un plazo mínimo de 6 meses. De todos modos, a esta altura ningún legislador niega que en la mayoría de los casos varios de esos contratos se comparten entre distintos beneficiarios de manera informal, ya que el monto del contrato se otorga por cheque a nombre del firmante. De esta manera, cuando la Justicia insista con el requerimiento del detalle de los contratados y los montos pagados, tomará nota que tiene sólo una parte de la información ya que los fondos de los contratos terminan beneficiando a muchas más personas de las que figuran legalmente.
La fuente de poder de Urribarri
Esta práctica no es nueva ni mucho menos. Es casi tan vieja como la política y por eso la custodia de los fondos de la Legislatura entrerriana es un tesoro tan preciado para la dirigencia política: hasta antes del escándalo por los contratos, funcionaba como una caja negra de la que se podía echar mano casi sin controles ni límites. Por eso Urribarri no habla del tema e intenta surfear el momento para no perder su principal herramienta de poder: los fondos para contratos que reparte en la Legislatura.

Este manejo discrecional de los dineros públicos explica, en parte, las complicidades que han existido hasta el momento para que diversos sectores políticos ratifiquen a Urribarri al frente de la presidencia de la Cámara de Diputados. El “canje” de votos por contratos fue parte del reparto de figuritas en la renovación de su mandato...

Las implicancias son tan profundas, que incluso no existen simetrías ni siquiera entre los legisladores de la oposición: en las filas de Cambiemos hay diputados con el mínimo de fondos para contratos mientras que otros disfrutan de un presupuesto más holgado sin que medie ninguna otra razón que el tipo de vínculo que mantienen con Sergio Urribarri. 
Sentado desde su actual pedestal, es el acceso a esta caja inagotable de recursos la que otorga poder a un Urribarri diezmado políticamente y cercado judicialmente. Si ahora le arrebatan su fuente de energía, todo será cuesta abajo para el ex Gobernador.
Los cambios que se esperan
Más allá de las acciones individuales de algunos legisladores colaborando con la Justicia, el escándalo de los contratos ha cobrado tal visibilidad que parece difícil que el sistema siga funcionando de la misma forma de ahora en adelante. La situación amerita un inminente cambio en la reglamentación vigente que disponga criterios claros y objetivos para la distribución de los fondos para contratos. Eso implicaría, entre otras cosas:

- Fijar un monto fijo para contratos

- Que cada legislador disponga de la misma cantidad de fondos

- Mejorar y flexibilizar los mecanismos de contratación

- Transparentar el manejo de los fondos (publicando la cantidad de contratos y montos de cada uno en el sitio oficial de la Cámara de Diputados, por ejemplo)

- Establecer nuevos criterios de rendición de cuentas

Si algunas de estas acciones se llevan a cabo, será el fin de tanto oscurantismo en torno al destino de estos fondos para contratos y de la discrecionalidad de la que hoy dispone el Presidente de la Cámara de Diputados. No es un dato menor que quien está sentado encima de esta Caja de la Política sea Sergio Urribarri, un hombre que se mantiene a flote y lejos de la justicia gracias a la impunidad que le otorga el cargo y los favores que reparte dentro y fuera de la Legislatura gracias a esta millonaria partida de fondos de la que dispone sin demasiados controles.
Fuente: El Entre Ríos Edición Impresa

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